Está lleno de puestos venta en la calle y venta ambulante. Están desde las 7.00 de la mañana hasta las 10.00 u 11.00 de la noche. Puedes encontrar casi de todo: comida (pescado, cereales, fruta, verduras, etc), champú, herramientas, ropa y un sinfín de cosas. Especialmente llama la atención la falta de refrigeradores, en general, en toda Bolivia. beben Coca-Cola caliente/del tiempo y los yogures están expuestos a cualquier condición climatológica del día. Frío, calor y frío....ni me atrevo por si a caso. Los helados si los llevan en heladeras portátiles. Les encantan tanto como el pollo frito.
Otra tonta curiosidad está en el mercado, terminal de guaguas (buses para los no entendidos) y mismas guaguas. Disponen de gente a modo de promotor/-a, es decir, gritando y repitiendo lo que venden para que quien pase lo oiga.
Desde la guagua: a La paz, Lapaz, Lapa, Lapa....
Desde el puesto de venta: joven qué busca, qué busca joven, hay gel gel gel....(¿oleré mal?)
Etc...
Se hace divertido. Además a todo esto le acompaña el agradable sonido de mil bocinas junto con el negro humo de ese viejo camión. El tráfico es algo asombroso. Pondré una foto y aunque es estática, tómenla como dinámica, porque no se mueven más que un metro por minuto....
Las guaguas son viejas glorias americanas o eso parecen. Como aquellos típicos buses amarillos escolares que siempre nos ponen los americanos en sus películas, pero algo más pequeños. Además hay otro peculiar transporte público que son las furgonetas. Esas Nissan o Toyota que tanto hay en España (o al menos en Canarias). De ahí sale un hombre gritando destino y precio, que varía en función de la gente que vaya.
Respecto a la comida lo de siempre. Hoy he comida de nuevo en el mercado, es lo más auténtico y barato. Hoy comí un menú de una sopa de maní de primero y albóndigas con arroz y cebollita de segundo. Todo por 0,60 euros. Comenté con la cocinera que eso en España cuesta entre 5 y 6 euros tirando por lo bajo y la cara de incredulidad me dio hasta miedo. Decidí dejarle 0,40 euros de propina que le cambiaron la sorpresa a sonrisa grata. De verdad que no me acostumbro. ¡Ah! y para desayunar un jugo multivitaminas. Medio litro por sólo 0,60 euros. Me dio fuerzas hasta la hora de comer. Por lo general lo ponen con huevo y cáscara, menos mal que me lo contarón porque de no saberlo no haría el comentario de: "sin huevo ni cáscara, por favor".
Esta noche espero poder salir algo de fiesta. Los bolivianos son muy reservados y tímidos en general y tengo ganas de verlos con una copita encima. Y de paso hago yo lo mismo, jajaja, que ya llevo tiempo en el convento y toca salir.
Si todo va bien, es posible que el lunes me vaya a hacer el camino de la muerte en bicicleta (hasta los 4.000 y pico metros) y de ahí empalme a una viaje de tres días en la selva (La Pampa) donde veré y podré nadar con delfines, ver cocodrilos, serpientes, pirañas y muy probablemente disfrutar de las refrescantes picaduras de mosquitos. Tengo repelente, pero a saber....
Estaré de vuelta e incomunicado hasta el sábado o domingo que viene, así que no sufrir, jeje. A mi vuelta prometo contar qué tal la aventurilla en la selva amazónica.
Me gusta La Paz, no deja de ser una ciudad como otras, pero el choque cultural y de costumbres hace que tenga un valor distinto para mí. Todo resulta nuevo e interesante.
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