Tras mi aventura en la minas de Potosí, pensaba partir hacia La Paz. Parece que tocaba separarme de algunos de los amigos que había hecho en el camino. La argentina (Tatiana), la pareja de Gran Canaria (Ioné y Grima), la pareja argentina (Juan y Valeria) y la pareja española (Jaime y Laura) tenían sí el mismo destino pero algunos planes diferentes.
Por mi parte, en el mismo hostal conocí a Floh, una francesa muy risueña con un largo pelo al estilo rasta que se ha dejado crecer durante siete años. Ella me invitó a viajar en su casa-móvil de camino al norte. Se dirgía a Cochabamba, más al este, pero pasaba por Oruro, que estaba de paso hacia La Paz y creí que podría ser más divertido que el transporte público común. Aunque aquí el transporte público puede ser de por sí toda una aventura.

Tardamos dos días en hacer unos 300 kilómetros, pero pasamos por unas aguas termales donde los Incas iban por sus poderes curativos sobre la piel. Al parecer no tiene fondo o por lo menos no se sabe. De vez en cuando salen burbujas del centro que provienen del interior de la tierra. Cuanto más al centro y más profundo, más caliente está el agua. Increible. Justo al llegar conocimos por el camino a Cecilia, una chica muy alegre que acabó comiendo con nosotros una rica pasta que cocinamos en la casa-móvil de Floh (movilidad, como le llama ella). Hablamos en español. Lo habla bien, pero se molesta cuando se equivoca.
La primera noche dormimos en un pueblucho donde paran muchos camioneros. Eso aseguraba rica comida. Y así fue: sopa y carne con arroz por sólo 1 euro.
Por la mañana cambiamos cuatro botellas de cerveza vacías por unos pimientos y dos tomates. El trueque sigue funcionando aquí y nos vino bien para preparar nuestro próximo almuerzo.
La segunda noche la pasamos en un semidesierto en medio de la nada, cerca de un supuesto lago al que nunca llegamos (Lago Poopó). Un silencio sepulcral y mucho frío esa noche, pero mucha paz y belleza.
Hoy hemos llegado a Oruro, un lugar que no me gusta nada y en el que hemos parado para comer (sopa, pasta bolognesa y plátano con dulce de leche = 1 euro) y separarnos. Me voy a La Paz, se tardan 3 horas, no es nada después de todo lo que recorrido.
En La Paz, se puede hacer muchas cosas, no sólo dentro sino como punto de partida a diferentes lugares muy bonitos y llenos de aventura: Coroico, la carretera de la muerte; La selva, 3 días de ruta entre vegetación salvaje; Copacabana, el lago Titicaca y la isla del Sol. No se que haré, pero estos parecen opciones muy interesantes.
Tal vez coincida con la gente mencionada arriba o tal vez conozca nueva gente. El camino dirá, él siempre manda y yo no le discuto nunca.
Realmente disfruto muchisimo de tus relatos de viaje....No dejes de compartirlos con todos nosotros, asi como alguna fotillo!!!!!!
ResponderEliminarPablo, leerte es un viaje. Gracias por informarnos.....
ResponderEliminarhola de cochabamba!!!
ResponderEliminarfloh
pagina: flontheroad.over-blog.com
Ya lo dije una vez y he de repetirlo. Gracias a ustedes por acompañarme en mi viaje y hacer que nunca me sienta solo. Un abrazo a todos
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