




Antes de emprender el viaje hacia el sur decidí parar en un pueblo que cogía de camino: El Bolsón, donde nació Frodo para mudarse a la comarca con el resto de Hobbits, jajaja. Duré sólo dos días, no era lo que buscaba, "mejor seguir bajando, creo que más al sur tendré más experiencias..."
Así que billete en mano (unos 70-80 € creo), partí a la pequeña población de El Calafate, latitud 50 (les aseguro que muy abajo). Fueron unos 1.700 km en guagua que me llevaron más de 24 hrs. Cinco películas, algo de lectura, dos paradas y una asiento cama que no resultó ser tan incómodo para pasar la noche. En el "colectivo", como lo llaman aquí (bueno, le dicen de mil maneras: omnibus, colectivo, bus, transfer, nunca acierto) conocí a dos chicas de Israel. Por lo visto muchos vienen aquí al terminar sus dos años de ejército obligatorio para desconectar un poco antes de empezar la universidad. Pensé que serían parte de mis compañeras de viaje en El Calafate, pero tenían otro hostal y acabaron juntándose con más israelíes. Tienden mucho a cerrarse entre ellos, aunque son gente muy simpática.
El paisaje era puro desierto. Pero aún así veías casas perdidas en medio de la nada. "¿Cómo puede alguien vivir ahí?" Cuesta imaginar la vida que tendrían.
Bueno, llegado a El Calafate me disponía a hacer algo de vida sana, ver paisajes glaciares y algo de trekking. Pronto conocí a dos inglesas con las que acabaría pasando algunos ratos. Contraté la excursión para caminar sobre el glaciar Perito Moreno, increíble pero light. Había una opción más larga pero se salía de presupuesto. La vista era espectacular, pero lo mejor era esperar a oir como crujía el hielo desprendiéndose parte del glaciar y cayendo con un sonido ensordecedor sobre el lago al tiempo que producía una gran ola. No pude ver uno de esos que asustan, pero si lo justo para irme contento. Misión cumplida.
Poco más me retenía en El Calafate, así que tras mucho pensar y preguntar terminé de trazar mi ruta: Billete para Buenos Aires y mientras hacía tiempo, iría a El Chaltén, capital del trekking en Argentina.
Y no, no fui al fin del mundo (Ushuaia), no lo veía claro, mucho tiempo y dinero sólo para poder escribir aquí que estuve allí. Sí sí..que seguro que es bonito, pero el Scattergories es mío y me lo llevo cuando quiero... Cuando lo hagás "vos", me contás, jejeje.
La decisión fue la correcta. El Chaltén es un lugar increible, lleno de paisajes impresionantes, que por mucho que cuente nunca podré transmitir. Llegué a las 23.30 y en mi hostal el dueño estaba durmiendo, así que junto a un madrileño muy simpático me dediqué a abrir las habitaciones buscando una cama libre. Como no hubo suerte pasamos al plan 2, despertar al dueño, quien rápidamente me reubicó en una casita. Todas con la llave puesta. Allí casi nadie cierra con llave.
Estuve cuatro días, tres caminando y uno decansando. El primer día, en una pequeña lección informativa sobre las sendas y fauna, y donde nos hablaron del puma y lo que había que hacer en caso de encontrarnos uno, conocí a un chica belga con la cual hice las distintas caminatas durantes los días siguientes. Me dedicaba a caminar varias horas, llegar al punto de interés (lagos, glaciares, picos, etc.), comer el bocadillo y echar la siesta bajo un agradable sol y un silencio sepulcral. En lo alto de la montaña me encontré por tercera vez en el camino con otra viajera catalana que ya había visto en Chile, Bariloche y ahora en El Chaltén... Y al día siguiente a las inglesas. De verdad que el mundo es un pañuelo.
Acabo de llegar a Buenos Aires, estamos a 25ºC y hay una tormenta eléctrica que ya provocó varios retrasos y atascos. Son las 3.40 hrs. Mañana lo tomaré con calma. Creo que no tengo ninguna cita en la agenda y no me esperan en el trabajo.
Desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, buenas noches y buenos días.